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por Theo van Rossum
Siempre decepciona para tener que advertir que hay personas que nuestra "cilización" occidental es deve-corrió a pasos de algún modo más altas que de los que tienen un estilo de vida más simplista. Que la Muralla China, el Empire State Building, el Taj Mahal, nuestro rasca-cielos, nuestros puentes, nuestros viaductos, nuestras cinco autopís-tas de carril, neustros coches, nuestros ordenadores, nuestros móvi-les, nuestras búsquedas de espacio sideral, y nuestras civilizaciones complicadas que estamos tan orgullosos de, tendria más valor que las culturas de personas que viven desnudo o medio desnudo en la pluviselva tropical como cazadores y recogedores. ¿Pero si nuestra civilización es realmente ese maravilloso, por qué entonces está allí esta llamada eterna para el descanso, para el retraite, para el medi-tación, para alimentos de cultivo biológico, aún un completo atrás a la idea de lanaturaleza? La realización eventual que nosotros a pesar
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de nuesstra arrogancia atroz sobre imaginable, que nosotors todavía añoramos las cosas que son más sencillas, natural y las cosas que son también más sanas para nuestros cuerpos, las mentes y los espiritus. La realización que mirando demasiado, y que nosotros no necesitamos realmente el coche para una distancia de sólo cinco metros. Que no todos tienen que decir na-da útil en esse mee-tilín y el trabajo esperaba mientras tanto, que compañías llegan a ser ca-
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